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Inclinaciones dentro de la Eucaristía

Inclinaciones dentro de la Eucaristía
La inclinación dentro de la liturgia significa reverencia a Dios.


La inclinación en la liturgia es adoración y reconocimiento de Dios, es saludo reverente, es humildad y docilidad.


Con la inclinación se significa la reverencia y el honor que se tributa a las personas mismas o a sus signos. Hay dos clases de inclinaciones, es a saber, de cabeza y de cuerpo (IGMR 275)

 

1.      INCLINACIÓN PROFUNDA


Se hace doblando todo el tronco superior, desde la cintura, hacia delante.

a.      Al altar, todos los que se acercan al presbiterio, o se retiran, o pasan delante.

b.     En la oración “Purifica mi corazón”, que se dice antes de proclamar el Evangelio, si lo dice el sacerdote; o el diácono mientras recibe la bendición antes de proclamarlo. (solo el sacerdote)

c.      En las palabras “Y por obra del Espíritu Santo…” del Credo.

d.     En la oración: “Acepta, Señor, nuestro corazón contrito” durante el ofertorio. (sólo el sacerdote).

e.      En el Canon Romano, durante las palabras “Te pedimos humildemente”.

f.        El sacerdote, además, debe pronunciar las palabras del Señor, durante la Consagración, haciendo una inclinación.

g.      Los acólitos hacen la inclinación antes de acercarse a prestarle un servicio al celebrante (acercarle el misal, lavarle las manos, ponerle la mitra) y al retirarse. 

h.      También se requiere la inclinación profunda al Obispo, antes y después de la incensación.

i.        Cada vez que los distintos libros litúrgicos lo ordenen expresamente.

 

2.      INCLINACIÓN DE CABEZA


Únicamente se mueve la cabeza desde el cuello, sin que se mueva el tronco. La inclinación de cabeza se realiza cuando se mencionan las tres Personas Divinas a la vez (por ejemplo, en la primera parte del Gloria) el nombre de Jesús, el nombre de María o el santo en honor a quien se celebra la misa.


Textualmente dice la Instrucción General del Misal Romano en el núm. 275: “La inclinación de cabeza se hace cuando se nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas, y al nombre de Jesús, de la bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa.”


En principio esto es una obligación de los celebrantes; pero la Instrucción no lo menciona como obligación única de los sacerdotes. Por tanto, creo que los fieles también podemos y debemos hacerlo, como un signo de reverencia al Nombre de Jesús y de María, y a la Trinidad, lo que además nos ayudará a estar más atentos.


En la forma extraordinaria, además de hacer una inclinación de cabeza ante los nombres de Jesús, de María, del santo del día, o al mencionar juntas a las tres Personas Divinas, tiene que hacerse también cuando se menciona el nombre del pontífice reinante.





 

Fuente: Liturgia Papal y IGMR

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