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Peregrinación diocesana a la Basílica de Guadalupe

  • diocesisgp
  • 21 jul
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 jul



Con gran júbilo la diócesis de Gómez Palacio peregrinó hacia la Basílica de Guadalupe
Con gran júbilo la diócesis de Gómez Palacio peregrinó hacia la Basílica de Guadalupe

Acontecer diocesano, 21 julio de 2025.– Con profundo fervor mariano, la Diócesis de Gómez Palacio vivió su tradicional peregrinación a la Basílica de Guadalupe, encabezada por el señor Obispo Don Jorge Estrada Solórzano, quien acompañó a los 1,282 peregrinos que acudieron a la “casita sagrada” de la Virgen Morena.


Durante la Santa Misa celebrada en el Tepeyac, el señor obispo expresó su alegría al saludar a los sacerdotes y fieles de la diócesis, agradeciendo a la Virgen Santísima por su acompañamiento maternal a lo largo del caminar pastoral de la Iglesia local. Puso bajo su intercesión el Plan Diocesano de Pastoral, las pequeñas comunidades, el proceso sinodal y el año jubilar que se vive actualmente.


Reconociendo los desafíos que enfrenta hoy la Iglesia —como el secularismo, la violencia, la corrupción y las ideologías que debilitan la fe—, el obispo animó a los presentes a ser el “resto fiel” que confía plenamente en la salvación de Dios y en la poderosa intercesión de María.


En su homilía, el señor Obispo profundizó en tres ideas centrales:


  1. La señal de Dios: Recordó que Jesús es la gran señal de Dios para todos los tiempos, mayor que Jonás. En ese sentido, también Santa María de Guadalupe es una señal que nos conduce al Señor. Su imagen en la tilma es un testimonio vivo de su presencia amorosa. El obispo aprovechó la ocasión para dar gracias por sus 30 años de sacerdocio, encomendando al Señor al presbiterio diocesano, el seminario y las vocaciones.

  2. Confianza en Dios: Como Moisés infundió esperanza al pueblo perseguido, también la Virgen nos fortalece con sus palabras a San Juan Diego: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. Invitó a renovar la fe y salir fortalecidos para dar testimonio del amor de Cristo.

  3. Los mediadores de Dios: Subrayó cómo Dios actúa a través de personas sencillas como Moisés, Jonás y Juan Diego. La Virgen eligió a un laico para transmitir su mensaje, lo que hoy sigue siendo una llamada para que los laicos sean portadores del amor de Dios, especialmente en los ambientes de sufrimiento.



Al concluir, el señor obispo dirigió un mensaje cercano y esperanzador a su pueblo, recordando las palabras de San Juan XXIII: “Al volver a sus hogares, lleven consuelo, justicia y esperanza”. Reafirmó su oración constante por toda la Diócesis.


Esta peregrinación fue una manifestación viva del amor a la Virgen y del compromiso del Pueblo de Dios por seguir construyendo una Iglesia en salida, unida en la fe y en la misión.






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