NotiDiócesis. – En una ceremonia emotiva, el padre Aldo Torres presidió su primera Misa en su comunidad natal, Lázaro Cárdenas, Pueblo, Nazas.
Ante la presencia de fieles de la comunidad de origen del padre, así como de fieles venidos de la Parroquia del Espíritu Santo, el padre Aldo celebró su primera Misa, en la que también estuvieron presentes sus padres, familiares y sacerdotes, tanto de la diócesis de Gómez Palacio como de Torreón. El padre Aldo agradeció a Dios el haberlo elegido y a sus padres el haberle enseñado lo necesario en la vida de fe, recordó que su padre, en la labor, mostró también esa fe y le enseñó, a través del ejemplo de la semilla sembrada, la paciencia, misma que ha de practicar en su ministerio. También reconoció la presencia de su madre en su vida como la mujer que siempre ha estado con él.
Por su parte, el padre Geovany Herrera, quien fue compañero del padre Aldo, recordó algunos momentos vividos desde que iniciaron su etapa de seminario, “quién iba a pensar, en ese momento, que hoy estaríamos aquí celebrando la primera Misa del padre Aldo”, dijo efusivamente. Recalcó que juntos “hemos sido testigos de la misericordia de Dios que sigue enviando obreros a su mies, pastores para su rebaño”, y esa misericordia después de diez años de “muchos miedos crisis, alegrías, apertura del corazón, estamos aquí”.
En su experiencia sacerdotal, el padre Herrera dio algunos consejos al neosacerdote, pues cuando se consagra un sacerdote se ha tener un corazón que ha de compartirse, ya que la principal misión es “anhelar estar con aquellos que sufren, con aquellos que necesitan ser consolados”. Pero advirtió que “en este camino no todo es miel sobre hojuelas, pues muchas veces se te criticará, no te harán caso al mensaje que compartas y nos tocará ir contracorriente”, sin embargo, lo animó a permanecer en la confianza en Dios, “él pondrá los medios para guiarnos e iluminarnos pues él no abandona a quien elige, antes bien los fortalece”, expresó. Finalmente, al pueblo de Dios le suplicó elevar oraciones por los sacerdotes, especialmente por el padre Aldo para que pueblo y pastor se sigan santificando.
Al término de la Eucaristía, siguiendo la tradición, el pueblo saludó al nuevo sacerdote y tuvo lugar el besamanos. Después se compartió la comida con todo el pueblo congregado.
Comments