El padre Antonio de Jesús Rejón celebra su Primera Misa en su tierra natal
- diocesisgp
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Acontecer diocesano, 1 de septiembre de 2025.- La comunidad de Cuencamé se unió en una emotiva celebración este lunes para dar la bienvenida y acompañar al nuevo sacerdote, el padre Antonio de Jesús Rejón Rosales, quien ofició su primera Misa en la Parroquia de San Antonio de Padua tras ser ordenado presbítero el pasado viernes.
La jornada comenzó con una calurosa bienvenida al padre Antonio, originario de este municipio, en el Arco Norte de la población. Fieles y algunos sacerdotes se congregaron para recibirlo y caminar con él hasta el templo parroquial.
Un llamado divino: el sacerdocio como estilo de vida
El momento culminante fue la primera Eucaristía presidida por el recién ordenado, en la que se concedió la Indulgencia Plenaria a los asistentes, un privilegio especial de la Penitenciaría Apostólica.
Durante la homilía, Mons. José Nahum Jairo Salas Castañeda, coordinador de los viajes del Papa León XIV, ofreció un profundo mensaje, destacando que el sacerdocio no es una profesión, sino un "estilo de vida al modo de Jesús". Salas Castañeda subrayó la "transformación ontológica" que se produce en la ordenación, un cambio que convierte al sacerdote en un alter Christus, permitiendo que sea Cristo mismo quien actúe a través de él en los sacramentos.
El padre Nahúm hizo una emotiva comparación entre el llamado del padre Antonio y el de los primeros discípulos, a quienes Jesús eligió a pesar de su fragilidad humana. "Todo parecía tan frágil con aquellos hombres, eran tan humanos y por esa humanidad Jesús tuvo misericordia de ellos y los llamó", afirmó.
Agradecimiento y recuerdo: "Ellos también están aquí"
Al concluir la Misa, el padre Antonio de Jesús Rejón Rosales expresó su gratitud a Dios por el "don inmerecido" del sacerdocio. Agradeció a su familia y a los sacerdotes que lo han acompañado en su camino vocacional.
En un momento especialmente conmovedor, el padre Antonio recordó a su hermana y su cuñado, quienes fallecieron hace dos años. "Sé que ellos también están con nosotros aquí", dijo conmovido, cerrando un día de fe, devoción y profundo significado para él y para toda la comunidad de Cuencamé.
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